"Ocurrencias en un simple caminar... mi vuelta a casa".

Y estoy sentado entre canteros y plantas durmiendo.

La calle más concurrida de la ciudad esta silenciosa, más puedo escuchar el eco de mi respiración en cada rincón perdido y sin sentido.

Podría escribir más de mil y un cosas, expresar una gama total de sensaciones, y quizás un par de sentimientos.

Pienso en quedarme, tanta quietud igual no me agrada, necesito caminar, correr, pensar, llorar, inspirarme, sentirme feliz y experimentar "volantazos" de humor a humor al mejor estilo brusco.

Comienzo a darle función a este dúo de piernas que me acompañan, y a estas neuronas un poco de acción para producir lava caliente entre cada rincón entre materia y partes de mi pensamiento.

Puedo verme en mis versiones, atravesándome, soy como un fantasma, que se desdibuja en una escena de la cual soy participe pero a la vez no, puedo verme sonriente, apurado, arreglado, ansioso, expectante, cansado, bajo la lluvia... mi ropa, mis gestos, la frescura en mis gestos, casi copia perfecta de los reales.

Personajes, y sustancias, muertos de mi memoria, cada esquina, tiene un sentido... y más de una valdoza un dúo de palabras pronunciadas.

Viejos amores... el aire esta condensado. El sonar de las hojas en cada paso que detono, el impacto del viento, las puertas cerradas y la sensación de "todos duermen" y yo aún sigo vivo caminando entre partes de un pasado, durante mi presente, rumbo a mi futuro.

Sonrió al son de un par de lagrimas, miro al cielo y las nubes, su color rosa, me conquista.

Me arrepiento, pienso en volver... pero estoy casi en la mitad, no le encuentro prácticamente sentido, lo siento y es así, incapacidad de negación y de poder obviar lo que siento y no expresarlo.

Paso por el vació, el hombre, el cartel electrónico, la muerte, según los diarios... pisando la muerte, pequeño escalofrió.

Dos individuos inertes en el medio de mi camino, dándome la espalda, mi corazón se acelera, tantas cosas podrían pasar... de repente, los encuentro mirándome, me encuentro mirándolos, aterrado, con ojos inyectantes... simplemente pasó.

Mis oídos anestesiados, elenco de melodías tristes y nostalgias en mi cabeza, rebotando, vibrando cada vena, y enterneciendo el ritmo del recorrer de mi sangre.

Arboles se tiñen en mi camino, todo seria el cuadro perfecto...

Desde ventanas presencio otros cuadros, traspaso otras realidades.

Una vez más estoy en esta esquina, esquivando las mismas porciones de césped.

Distraído, olor a naranja perfora mis poros, hasta podría atreverme a decir, que es el mismo olor a cuando se la aplasta contra el pavimento....

Estoy en casa, una vez más, poniendo la llave, girando y girando, entrando... y dando por finalizado mi día.

Todo comienza a abandonarme, a medida que otorgo desnudez a mi anatomía.

Pienso, veo, siento, veo mi entorno.... me complemento a un par de sabanas, y en la profundidad apago el tiempo, enciendo la oscuridad, amortiguo mis dolores con recuerdos, envuelvo mis sensaciones y las dejo de lado, borro todos los matices y tiro debajo de mi cama, mis sentimientos.

Sujeto inánime..

Asumo una identidad, dejo de ser un extraño, calidez y el techo más fuerte, están conmigo una vez más.

Mi día, terminó.

Luis R. Parodi.