Camina en puntas de pies sobre el piso helado, ningún ruido se proclama.
Su pelo rubio contornea cada rincón, sus ojos verdes dinamitan luz en esta casa.
Una piel blanca que me asombra y en cada sombra me deleito, me deja en desconcierto.
Su sencillez es el mejor condimento para cada comida.
Su torpeza es modesta, como cada gesto.
Su sonrisa es un complemento a mi vida.
Dientes grandes y labios carnosos, un cuerpo hermoso, una figura que encaja perfecto en los ideales de mujer.
En la casa, el silencio aún continua, apenas puedo escuchar el hilo de sus ropas rozar contra el viento.
Su pelo continua en la rutina de desprenderse en totalidad, y endulzar el viento.
En un momento nos encontramos, nos miramos fijo, como si todo estuviera dicho.
Siento el latir de su corazón, ella, supongo, siente el mio, que se brinda acelerado, alocado al encontrarse con la tibia sensación de su piel.
Caminamos, me propone continuar el silencio que ella consagro.
Tomamos las hojas de la puerta, y la abrimos con toda libertad en nuestras manos.
La expresión brillante en su cara, evidencia que el regalo que le otorgo la maravilló.
Le otorgo un mundo con sensaciones, sentimientos y libertad, aceptación en cada molécula de oxigeno.
Le propongo dejarnos al viento, evidenciar nuestra totalidad, mostrarnos.
Caminar tomados de la mano con seguridad y certeza.
Cada día un sabor nuevo en nuestros corazones.
Es inmenso todo esto, no puedo tomarme tiempo a describir cada lugar, cada paisaje, sería imposible, mi vida terminaría, y aún así, no llegaría a describirlo todo.
En un momento me detengo nuevamente, como tantas, a deleitar su grandeza, escuchar su risa, y sentir esa locura de sentimientos en mi piel al tenerla cerca, o en la misma toma de kilómetros que componen mis espacio.
Mi amiga, uno de los soles que brilla siempre en mi vida, a pesar de mil lunas llenas, y años de tormenta, su fuerza en cada destello nunca falta.
Mis lagrimas evidencian la potencia con la cual en mi sangre la llevo, y como de mis células se hiso parte.
La admiro, me fascina, me conquista, me ama, la amo, me lo otorga todo.
Este duo, que siento como unidad, hoy es parte de gran parte de mi historia.
Gran presencia de mis horas, gran sensación en mis segundos.
En fin... me cansé de describirla y tratar de pintar en esta parcela de letras todo lo que siento.
Me armo de lo mejor, llevo mis sonrisas, mi amor, mis proyectos, mis abrazos, para conquistarla, y así, conquistar momentos muchos más grandiosos en esta amistad.
Y a quien la vea, por favor... decirle de mi parte, que la amo, por sí no se enteró.
Luis R. Parodi
Dedicado para vos, amiga, Natalia, uno de los grandes amores de mi vida, por siempre vos y yo, nunca lo olvides y me olvidaba... gracias por todo.

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