Escribiéndote sobre mi piel, dibujandote dentro de mis pupilas.
Tallandote en mis cisuras, y a modo de ironía, olvidándote.
Sensaciones, pensamientos, miradas y recuerdos.
Un corazón ausente, y mil sentidos pausados.
Un momento, un amor, dos días, cinco años, un recuerdo.
Cada charla en las escaleras de algún lugar ajenos a nosotros, amándote con mis ojos, pensándote y delirando en secreto, mientras te contemplo....
Cada lagrima, cada desencuentro, cada palpito.
Tantos impulsos reprimí, como aquel, en donde tenía ganas de besarte y consumir totalidades mundiales, en ese instante, solo vos y yo.
Cada paso que dimos juntos y en los que te amé.
Dos desconocidos, ¿dos amantes?, ¿que fuimos?.
Te volviste a perder entre pavimentos en direcciones y ladrillos sumados consagrando edificios.
Te busco, quizá, quizás no, la verdad que no lo sé... pero lo admito, te pienso.
Pienso en vos, en como algo que viví pero no lo viví en la forma que pretendia, hasta al punto de llegar a considerar que no lo viví, fue un verbo propio en donde nos involucré a ambos, y vos, sin saber, vos solo haciendo lo tuyo, amistad, amor, idas y vueltas, lo que fuera.
Te amo, sí, no puedo negarlo... por más que sumen cinco años (los que son), seis, siete, ocho, nueve, diez, once, etc (los que no son pero podrían ser, no sé porque lo pienso, lo supongo y lo creo)
Una vez más quiero estar ahí, junto a vos, junto a nosotros, sobre algún escalón, perdidos en la madrugada, y haciendo de eso, de eso que una vez yo lo llamé amor, eso que cuando se sustanciaba, yo me volvía loco, me inyectaba, me anesteciaba.
Lloro, mentalmente, y asevero, fuiste lo mejor, a pesar de que más veces lloré y sentí que todo era un desencuentro voluntario, un amor negado, fue lo mejor, porque hoy lo que siento a escondidas, de lo que solo guardo para mi, eso que sos vos, somos vos y yo en un tiempo pasado, es mi historia, mi primer amor.
Quiero una vez más tus ojos en mi enfoque, una vez más esas manos desastrosas, esas uñas consumidas, esa sonrisa modesta, y ese pelo despreocupado, ese andar pausado, ese hablar bien expresado y gesticulado, esa dimensión que consagrábamos, en unión, en encuentro.
Te amo, te quiero, te odio.... juego a mil cosas.
Escondo secretos bajo mi cama, momentos detrás de la pared, y unos cuantos suspiros y besos que no te dí, bajo una que otra baldosa.
Te extraño, lo sé, te amo, no sé, estoy dudoso, reestructuracion súbita, lo pienso sin querer, me acuerdo queriendo.
La jota, no es una letra, sos vos, es tu inicial, es mi vida, es un tiempo de cinco años.
Hoy sé quien soy, hoy no te busco, pero espero, anhelo encontrarte.
Me voy a mi cama, donde puedo pensarte en intimidad, en oscuridad, y entre lagrimas ahogadas en un par de hilos formando telas.
Y por la mañana despertar, y seguir, desarrollándome hasta que tu recuerdo se me cruce, y volver todo a una terapia intensiva, mis sentidos, mis anhelos.
Aún así, para la próxima vez, te amaré un poco menos, y te extrañaré mucho más.
Luis R. Parodi.