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9 de agosto de 2010

"Dos en un cuadro."

Son hojas de papel, ¿son latidos en mi corazón?
Un sin fin de metros por caminar, y varios cuerpos amontonados.
El aire detenido, y el oxigeno de vacaciones.
Un tiempo presente, una pisada que se acumula en mi pasado.
Ojos cerrados, puños congelados.
¿Esto es amor?, ¿esto es sangre?
Tus manos impulsadas, todo parece entrelazarse, dos anatomías conectándose.
Pestañas quebradas, narices lastimadas.
¿Somos ambos corriendo entre la nieve tomándonos de la mano?
¿Somos vos y yo juntos?
La realidad no tiene definiciones, la imaginación no me parece existente.
Dibujo violines y declaro su sonar.
Tu respiración choca contra mi piel.
¿Estos son latidos?, ¿han vuelto?.
Lo que ahora somos, ¿es lo que queremos ser?
Perdidos, descontrolados, asustados... aturdidos, no paramos de girar.
Mis gritos se silencian en el aire, un par de prendas liberadas.
En segundos, vamos terminando de girar... tocamos el suelo.
Nos desconocemos.
Tus pupilas se apartan, y el suelo se aturde con tu correr.
La porcelana nos va inmortalizando.
Quedamos en pose cortes, plasmados en aires de desamor.
Tu mirada opuesta a la mía, y la mía, opuesta a la tuya.
Cada elemento deja de funcionar.
Sumamos una pieza más a esta exposición de arte, concurrida por más de cien pares de ojos curiosos.
Amantes, pinturas, cuadros, marcos, porcelana, sentimientos, todo en un tiempo, todo detenido, todo en un solo condensar.

Luis R. Parodi.

8 de agosto de 2010

"Pestañas debilitadas."

Tengo tu recuerdo tatuado en las cisuras de mi cerebro.
Tus ultimas palabras con el eco aún fresco, la expresión latente, el ritmo de mi corazón conservado.
Me pierdo entre sensaciones mil expresas, entre ojos sin mirar, y anatomías direccionadas.
Soy uno más.
Avanzo a paso lento, la ropa que llevo colgada me pesa, y bastante.
Ganas de desprenderla, y brindar libertad junto a mi desnudez a lo largo de las calles, son las que ahora tengo.
Te marchaste, en un parpadear, todo es un recuerdo, un presente que se dilató, y mil futuros que se consumieron entre gritos de desesperación y palabras desilusionadas.
Cien puertas se cerraron y mil ventanas explotaron, y un amor quebrado sobre baldosas condensadas por pisadas de adiós.
Decidimos partir, decidimos, no amarnos más.
Dos desconocidos, pautamos una serie de reglas, todo es tan increíble.
Liberación, lagrimas, y ganas de retenerte sobre segundos y patear el tiempo a otra dimensión para que no nos encuentre.
Mi sentimiento, nuestra historia, mi recuerdo... todo se licua en un trago amargo.
Caigo de rodillas, precipitación, descontrol, desolación, la soledad me golpea, aún no siento la frecuencia del dolor, estoy anestesiado.
Autos me rodean, y pies se aturden con mi caer.
Ninguna mano me sostiene, debilidad en mis parpados, pestañas dañadas.
No veo rostros, no veo personas, no encuentro sentidos... si tan solo pudiera cambiarlo, si tan solo un segundo pudiera volver atrás y ordenar las palabras, darles otra expresión.
Estoy perdido.
Perdí mi riqueza, perdí tu amor.